blotus: el blog de otus

La polémica de esta semana ha sido el aviso de las autoridades, solicitando que no se consumiera aceite de girasol, a causa de unas partidas importadas que podrían estar contaminadas. La gestión de esta crisis ha sido nefasta, por varias razones. En primer lugar no se ha querido informar de las marcas que comercializan el aceite afectado; en segundo lugar, no ha habido una comunicación oficial al respecto, apenas unas entrevistas en la calle a los responsables sanitarios y de consumo; en tercer lugar, no se ha tenido en cuenta el impacto en la reputación de este sector del girasol, tan estratégico.

Las imágenes del telediario, que mostraban las frituras de calamares - el de girasol es el aceite más utilizado en hostelería - suponían un ejemplo gráfico de la desidia de los encargados de los bares, que frente a los avisos, hacían caso omiso, aún a riesgo de perjudicar a sus clientes. El español no se cree a sus propios políticos.

Sin embargo, nosotros estamos viendo este caso desde otro punto de vista. Analizamos lo que se está comentando en foros y blogs, sobre la actitud de los políticos involucrados. Y su impacto en la reputación de estos "profesionales", que tan alegremente juegan con nuestra salud, cobrando un sueldo de los impuestos que pagamos. Evidentemente no vamos a dar nombres, ni resultado de estas evaluaciones; cobramos por estos análisis.